sábado, 30 de abril de 2011

CASO CLÍNICO EN LOGOPEDIA (PEC-2)


La intervención que el logopeda llevó a cabo, fue con un niño, Daniel de 10 años y 10 meses de edad, en 5º de primaria. A continuación, vamos a analizar las cuatro fases del proceso de intervención con la familia que realiza el logopeda, para el desarrollo del tratamiento.

El proceso de intervención con familias que se llevó a cabo constaba de 4 fases, siendo la primera fase, la colaboración del logopeda con la familia. Esta colaboración se basó en el intercambio de información por ambas partes en relación a los aspectos lingüísticos que éstos mismos utilizaban a la hora de expresarse con su hijo y además se observó, en la buena disposición del hermano mayor a participar en la intervención. Debido a esto, existió una relación satisfactoria entre logopeda-familia lo cual ayudó al buen desarrollo del tratamiento, además de crear un buen vínculo entre la sala logopédica, el contexto escolar y la familia.

            En la segunda fase que es la búsqueda de soluciones conjunta, se intentó favorecer la interacción entre el niño y el logopeda, mostrando este último un interés en ayudar al paciente aumentando su motivación en todo momento, enseñándole que podía controlar él mismo las situaciones de bloqueo o en las que se ponía más nervioso, para poder de esta manera, realizar el tratamiento con mayor éxito.

Más tarde, el logopeda estimuló al niño a fijar las metas concretas que éste deseaba alcanzar en su comunicación tras acudir a la consulta logopédica, lo cual ayudó al logopeda a diseñar las actividades a realizar con el niño en base a los objetivos que tanto él como el paciente deseaban alcanzar. Para que se consiguieran dichos objetivos fue muy importante, como se propuso en la primera fase, la implicación de la familia para que se pudieran generalizar las actividades a otros contextos. En este caso, este factor apareció por ejemplo cuando se animó al niño a que practicara las pautas en la sesión y en casa, para poder ponerlo en práctica en el colegio posteriormente.

Además de todo esto, se puede observar que el logopeda mantuvo siempre presente la búsqueda de la motivación del paciente facilitando el aprendizaje de la autoconfianza, para que la actitud de éste fuese mejor y las actividades se realizasen de forma más eficaz.

En la tercera fase que es la enseñanza de recursos para la comunicación, el logopeda ilustró al niño una serie de técnicas para facilitar poco a poco la mejora de éste en su comunicación. Uno de éstos fue la técnica de seguimiento, la cual consistió en establecer por parte del logopeda un patrón de lectura y habla lento, el cual el niño debía seguir, apoyado en un adulto aunque esta ayuda fue desapareciendo paulatinamente. Además, este mismo patrón se extendió al resto de la familia para que se generalizase fuera de la consulta.

Paralelo a este recurso, se le entrenó en la relajación con la técnica de Jacobson (1938), ayudando a eliminar las sensaciones desagradables de tensión que el paciente experimentaba hasta entonces.

Así mismo, teniendo en cuenta las situaciones escolares que le producían ansiedad, el logopeda le proporcionó una serie de trucos para que se enfrentara a ellas, comenzando por aquellas situaciones de menor ansiedad. Algunos de estos trucos fueron bajar la voz o cuchichear, emitir un sonido prolongado al comienzo de la emisión, etc.

Progresivamente, con la puesta en práctica de estos recursos en la vida diaria, se consiguió una mayor motivación y por lo tanto, una mejora por parte del paciente.

Finalmente, se llevó a cabo la cuarta fase que es la de seguimiento  la cual consistió en evaluar los posibles logros o retrocesos del niño. Después de 12 meses de tratamiento, se pasó a una sesión semanal durante tres meses, y al finalizar este tiempo, se llevó a cabo una sesión cada quince días hasta los 19 meses, momento en el cual se dio por acabado el tratamiento. A los 2 años del inicio del tratamiento persistieron sus avances de forma significativa.

En todo este transcurso de tiempo, se les recomendó a los padres que animaran al chico en la aplicación de los recursos aprendidos en las diferentes situaciones y contextos que pudiesen aparecer en su vida diaria.

Finalmente, podemos comentar que a partir del buen desarrollo de todas estas pautas, el tratamiento se finalizó con buen éxito.

Audiencia: alumnos de 1º de Logopedia

Autor: GRUPO 9

Asignatura: Fundamentos educativos de la logopedia

Curso: 1º de Logopedia

Fecha de entrega: 3-Mayo-2011

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